octubre 03, 2008

UNA TEMPORADA EN BORGRAVIA 3

( FABULA VIOLETA)

Dale que te dale Delia! Envueltas en gasas violetas, maquillada de celeste, la blóndex téñidex (mandíbula americana y me quedo corto) baja la escalera en dirección al piano. Los funcionarios del partido único vuelven a la vida...como para no...despierta Vladus! Despierta Schopehn!...Chopin! Chopin! Al “Príncipe Violeta” se le van los ojos de las órbitas. Generación indiscriminada de fábulas de varios príncipex, en distintos grados de cercanía al atonalismo marchanta. Viene a la terraza que no pocos libros androgoscópicos impresos en Hispania están impresos en violeta, usw. Se generan más observaciones sobre este círculo de temas. La fotógrafa de voz dramática tiene la casa de la calle Uriarte embrujada y se le sugiere (uno de mis actos animales y por vía de terceros) llenar su cocina (eigtl. una puerta dimensional) con luz violeta, para lubricar y en realidad desalentar definitivamente el paso de las entidades ectoplasmáticas y muertos masl enterrados que mueven los libros de editorial plus ultra y emecé de su lugar en medio de la noche, sin criterio ni permiso.
Chopin no despega de los brazos de la téñidex, ni podría. El Príncipe Violeta se encuentra en una posición relacionada. Pero creo que mi acto postrero de este círculo de anécdotas es la patada al gato de la fotógrafa de voz dramática. El gato quere morderme el paraguas. El Partido tiene porblemas. El gato vuela. Afuera llueve para siempre, porque no me quisiste. El gato tiene el nombre de un celebrado cantante culodemandril. Chopin no canta. Es blanco(el gato ). Habiendo estiráu el chicle más de la cuenta decido que es hora de viajar a Italia; salgo de Jena en secreto, le digo a Gutiérrez que no se preocupe por mi ausencia, pero no habiendo eliminado un trecho demasiado considerable del camino tengo un problema con el carburador y debo llamar al ACA. Interpreto que la Gran D o sus ramificaciones no aprueban mi accionar, y que mi península deberá esperar hasta los cuarenta años para cumplir con sus deliciosos deberes. Si hubiera sabido lo que se me tenía preparado!

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