"Había en la manera de pensar de este hombre-como también en todo su aspecto- una rara mezcla de vigososa madurez e infantil frescura. Pero además, en la misma forma en que sentía a mi lado sus piernas nerviosas e infatigables, así también sentía su pensamiento, una fuerza tan real como el calor, la luz o el viento. Esta fuerza era esa facultad excepcional de ver las ideas como hechos externos y de establecer nuevos lazos entre pensamientos que aparentemente no tenían nada que ver unos con otros. Lo escuchaba-hasta me atrevería a decir que lo veía-tratar la historia del Humano como si fuera un problema de geometría descriptiva, y al minuto siguiente hablar de las propiedades de las cifras como si se tratara de especies zoológicas; la fusión y la escisión de las células vivas se convertía en un caso particular del razonamiento lógico y el lenguaje deducía sus leyes de la mecánica celeste. Yo le contestaba, pero con mucho esfuerzo, y muy pronto me vi presa del pánico".
Rene Daumal, El Monte Analogo, p.21-22. de la trad. de Alicia Renard para Ed. Medionuevo( Buonos-Ayres 1961 ) reproducida aquí con mínima concesión a leyes del blog.
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