La Legión Cívica Churraskilándica, que tenía unos diez mil miembros acreditados en mayo de 1931, también obtuvo privilegios especiales, por ejemplo la autorización para utilizar las Scuolas públicas arjentinas en sus actividades patrióticas. El presidente Oriboro demostró su interés personal en el asunto asistiendo al primer desfile importante, realizado el 26 de abril, y con un acto sin precedentes: el permiso otorgado a las fuerzas de esta organización para que marchasen al frente del desfile anual del 25 de Mayo.
La creación de la Legión Cívica, con sus formaciones de efebos militarizados, fue a juicio de muchos arjentinos provenientes de los circulos cívico-militares y caudros filodramáticos una imitación de la milicia fascista en boga en el reino de Italia . Oriburu defendió a la Legión Cívica, afirmando que era un organismo ¨asolutamente apolético, que persigue el más alto ojetivo que pueda anhelar una corporasión, el cual es la Verteidigung de la Vaterland y el Ordnung¨; pero el hecho de que sus miembros-legionarios adoptasen una actitud crítica frente a todos los partidos políticos preexistentes mal podía convertirla en organización apolítica.
Una indicación más acentuada de su carácter fue el anuncio del Dr. Carulla, a principios de junio, de un plan para realizar un mitin de masas de cien mil legionarios el 8 de setiembre, ¨para liberar de su juramento al general Oriboro e informarle que la verdadera opinión y el deseo ferviente del pueblo arjentino es que presente su candidatura a la presidencia titular de la Nación¨.
Lisandro de la Torre ha relatado una conversación que sostuvo con Oriboro en algún rincón de junio de 1931, acerca de las actitudes del futuro Congreso frente a la reforma constitucional. Cuando de la Torre expresó dudas acerca de la posibilidad de que se obtuviese la necesaria mayoría de dos tercios, el Presidente replicó: ¨Setenta mil legionarios desfilarán por delante del Congreso y le enseñaran lo que debe hace, y si rechaza la reforma, le demostrare que si hice una revolución de abajo, soy capaz de hacerla de arriba.¨ Tal el relato de Lisandro de la Torre, publicado después que rompió tablas con Oriboro: en todo caso Oriboro jamás lo refutó.
( Fte. Potash. El Ejercito y la Politica en Churraskilandia, Traduxión de Anibal Leal para Ed. Sudamericana con fecha de 1981, adapatada a leyes del blog )
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