TERCER FRAGMENTO LEIDO EN LA PRESENTACION DE LA TEORIA DE LA MADRE
Famosa es la foto de José Félix Oriboro, el general golpista de 1930, rodeado de damas de la buena sociedad. Ah, (M)adres envueltas en tapados! Ojerosas pero linajudas! Envueltas y envolviendo a un Gran Pelotas a su gusto! ¡Qué poderoso parece José Félix! La foto sugiere décadas de poder irrestricto por terdelante, un nuevo Porfirio Díaz o, dado el elemento femenino del entorno, un nuevo Urquiza.
Pero increíblemente, desafiando las evidencias visibles, Oriboro no dura. Qué pasa?
Por un momento Oriboro, él tambien, cree que puede gobernar como lo hace un Gran Pelotas de Viejo Mundo en el Viejo Mundo. Empieza a hablar de regeneración y purificación y de toda una serie de tópicos aburridísimos. Hace desfilar por las calles de Buenos Aires una Legión Cívica, una asociación de padres prototípica. Pero mas allá de algunas fotos, esta Legión Cívica no parece haber influido mucho en la Historia Argentina. El carisma de un hombre solo ya no basta para sostenerlo, aún cuando tenga uniforme. Aún cuando el Pueta Logones le haya desenrollado la alfombra.
Porque en la nueva ecuacion de psicominio aunque el fusible se vista de uniforme, fusible queda. Se te ha puesto ahí para interpretar órdenes, no para emitirlas desde tus mohínes de cavernícola. El Nuevo Mundo no es el Viejo Mundo.
Oriboro olvida con rapidez quién y para qué lo puso en el sillón de Rivadavia y lo envolvió en los tapados de las (M)adres. El sillón de Rivadavia se transforma en su asiento eyector.
Lo que se instala en 1930, y que realmente sobrevive a Félix, es un aparato represivo de psicodominio al servio de la nueva ecuación materna que será por largo tiempo lo único verdaderamente moderno de la Argentina.
Famosa es la foto de José Félix Oriboro, el general golpista de 1930, rodeado de damas de la buena sociedad. Ah, (M)adres envueltas en tapados! Ojerosas pero linajudas! Envueltas y envolviendo a un Gran Pelotas a su gusto! ¡Qué poderoso parece José Félix! La foto sugiere décadas de poder irrestricto por terdelante, un nuevo Porfirio Díaz o, dado el elemento femenino del entorno, un nuevo Urquiza.
Pero increíblemente, desafiando las evidencias visibles, Oriboro no dura. Qué pasa?
Por un momento Oriboro, él tambien, cree que puede gobernar como lo hace un Gran Pelotas de Viejo Mundo en el Viejo Mundo. Empieza a hablar de regeneración y purificación y de toda una serie de tópicos aburridísimos. Hace desfilar por las calles de Buenos Aires una Legión Cívica, una asociación de padres prototípica. Pero mas allá de algunas fotos, esta Legión Cívica no parece haber influido mucho en la Historia Argentina. El carisma de un hombre solo ya no basta para sostenerlo, aún cuando tenga uniforme. Aún cuando el Pueta Logones le haya desenrollado la alfombra.
Porque en la nueva ecuacion de psicominio aunque el fusible se vista de uniforme, fusible queda. Se te ha puesto ahí para interpretar órdenes, no para emitirlas desde tus mohínes de cavernícola. El Nuevo Mundo no es el Viejo Mundo.
Oriboro olvida con rapidez quién y para qué lo puso en el sillón de Rivadavia y lo envolvió en los tapados de las (M)adres. El sillón de Rivadavia se transforma en su asiento eyector.
Lo que se instala en 1930, y que realmente sobrevive a Félix, es un aparato represivo de psicodominio al servio de la nueva ecuación materna que será por largo tiempo lo único verdaderamente moderno de la Argentina.
¡Ah, esas centrales telefónicas! ¡Ah, esos bimotores contrainsurgencia! Ah, esos abuelitos del código de barras y las cámaras de seguridad!
Muy cerca de la cabeza de este aparato está Polo Logones, el Comisario hijo de Pueta, ¡el que electrifica los Confesionarios con su pequeño bastón mágico...! He sings the Body Electric ¡
Y qué glorias le quedan al Padre en el contexto de esta nueva ecuación de Psicodominio? Cuando Logones -(P)adre se consigue un amorcito, una chiquilina, alguien que por pura cronología amenaza la hegemonía de la (M)adre (ridiculizando fatalmente su ansia de actualización) el Hijo Comisario de Logones ( al Servicion de la Nueva Ecuación ) amenaza con mandar al Padre Bardo ( Al servicio de la Antigua Ecuación ) al manicomio. Y lo dice en serio, no hay fraude patriótico de por medio.
Así que Lopoldo Logones, el Primer Bardo del Contubernio que pretendía poner la raya a la Mentira Igualitaria, Sale de la Temporalidad por propia mano para escapar al lazareto de alienados.