AUNQUE EL ARTISTA SE META A GALERISTA...

No es que las artes visuales me saquen el sueño ( y menos las artes visuales arjentinas )pero obligado como estoy a soportar a Lindner que está (o intenta estar) "integrado" ( eingegliedert ) en el gremio de emisores de paquetes visual-sígnicos de Churraskilandia , lentamente me voy formando juicios sobre cómo funciona este particular layer de la nuestra realité.

Quizás alguna vez deba desarrollar estos juicios in extensis. Pero de momento me tienta y satisface un impromptus más o menos taquigráfico.
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Lindner me suele venir con chimentos polimorfos que tienen origen en algo que se llama "mundo del arte" y estadísticamente predomina con claridad algo que podríamos llamar "mundo del arte contemporáneo arjentino". Estos chimentos que él me trae, frecuentemente desconfigurados por su teletransportación repetida , suelen hacer referencia a modas o micromodas que se forman sobre todo en una capa de este mundo; la capa de los emisores de arte.

Predominio de esta capa, pero sin exclusividad. Los emisores reaccionan también a modas que se originan en otro plano, sea el de los gestores, los receptores, etc.

Y de hecho la última moda de la que se me informa no hace a los emisores sino que tiene que ver más bien con los gestores...más especialmente con una tanda de "galerías de la Ciudad Autónoma que cierran pero no del todo".

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Galerías que abren y cierran; galerías que cierran y reabren ; galerías que abren pero sólo un poquito, o abren sólo para poder volver a cerrar con más publicidad ; un galerista que le dice a algunos de sus artistas que cierra la galería pero a otros les dice que no cierra la galería.
Eh? Cómo se entiende todo esto?
Recogiendo la data que me dá Lindner ( y cómo él me la presenta ) se me forma un escenario , caprichoso pero no indescifrable, donde los humores particulares de algunos "nuevos galeristas" suelen estar en primer plano.
Tiendo a pensar que en este proceso hay un alto grado de divismo ; pero ésta vez no tanto del lado de los sempiternos proveedores del mercado del arte sean éstos dibujantos, estatuistas, pirograbadores, etc. En esta ocasión es un gestor, un intermediario privilegiado el que no se esconde más y dice...presente!. y lo dice quizá más fuerte que antes.

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Pero habrá en esta epidemia de "galerías que cierran pero no del todo" algo más que un puro divismo de los intermediarios ? Al fin de cuentas estamos frente a un síntoma que puede ser muy artístico en sí pero sorprendentemente suicida en términos del mercado del arte.
O quizás no tan sorprendente ? Acaso tiene el Dios Mercado más apóstatas de lo que imaginamos? .
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Son las cuatro y media de la mañana. Estoy medio molido y me ahorraré los crescendos y espirales que habitualmente preparan y preceden mis martillazos argumentales. Voy a ir al núcleo de algo que supongo y que se puede redactar como sigue:
La plaga que está demoliendo la plataforma de emisión del arte argentino contemporáneo más reciente es la de los artistas fracasados que se meten a galeristas.
La plaga está haciendo especial daño por atacar desde dentro del sistema de emisión de la carrera misma de los involucrados.
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Aclaro que mi definición de artista arjentino fracasado será motivo de un siguiente posteo . Me limitaré en las líneas siguiente a una digresión histórica.
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Para la protohistoria del artistejo fracasáu - Antes ( hace veinte o treinta años quiero decir ) el artista arjentino que se daba cuenta que lo que hacía como "obra"no iba a tener relevancia epocal, y mercadotécnica se hacía crítico de arte . Se autodesactivaba como emisor y se transformaba en un receptor con facultades de contragolpe, facultades quasi-ejecutivas que le aseguraban un nicho, nunca muy grande aunque firme, de respetabilidad dentro del campo del arte arjentino . Era un camino arjentino, un escritorio con sombrilla bajo el sol, una repisita con libros de Venturi ( hoy quizás Warburg ) entre los cardales .
Algunos todavía hacen este camino. Pero los tiempos han cambiado desde que los whiskies de Romero Brest decidían quién iba a entrar al Who´s Who del avant-garde sudaca. Hoy se piensa menos y se manda mucha fruta con total impunidad .
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El pensamiento crítico sobre arte contemporáneo es el emergente de niveles de información y argumentación que se van evaporando en el contexto de la futbolización de las conciencias . Los diplomados para lides de argumentación informada está perdiendo terreno a diario . El folletinismo corporativo que propulsa la pluma mercenaria de gentuzas formadas con la revista-regalada-en-el-viaje-al-primer-mundo-y-el-apunte-fotocopiado ocupa casi todo el escenario de los medios masivos . Y constituyen las pocas excepciones la mejor confirmación de la regla.
Podríase también decir , y esto no sólo pensando el mundo del arte, que la ignorancia emancipada y triunfante ya no necesita sonreírle más a ningún especialista barbudo con acento estrafalario y festeja esto siempre que puede . After all la info mas papa puede estar en cualquier locutorio, no?
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La encargada de pavimentar algunas partes de la selva de signos en emisión dentro del mundo del arte debiera ser, justamente la crítica de arte. Pero en Churraskilandia y hoy por hoy la crítica de arte está casi desmantelada. Apenas informa mas allá de lo que corresponde un trabajo de RR.PP.. Ofrece poco prestigio y nada de plata al que aspira a manejarse en ella siguiendo una línea de pensamiento propio y no mercenario.

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Tiendo a pensar que hay que estudiar bastante para ser un crítico creíble . Hay que retener en la cabeza los nombres de un montón de tarados nacidos en países serios, con nieve. Hay que comparar vejestorios que se resisten a desaparecer o giran ya sobre su eje zombie con abortos volcánicos del complejo digital-químico haciendo con ambos un lindo moño, presentable y defendible desde la argumentación. Esto cuesta cada vez más en el contexto de la precarización cerebral general .

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La precarización cognitiva de los estamentos privilegiados, que muta hasta hacerlos casi indistinguibles intelectualmente del personal que limpia sus inodoros, afecta al comercio del arte dramáticamente . Cada vez se puede exigir menos al cerebro de un cliente infantilizado cuyo rasgo más adulto puede ser la posesión de un tarjeta de crédito , o varias . La expectativa del mercado del arte depende en gran parte de este niño grande y peludo ( o tetón )que por otra parte se esfuerza , movido por un terror muy femenino a no estar del todo a la moda( ver mi Teoria de la Madre) a conectarse con producciones de signos que en el fondo le resultan ajenas, irrelevantes, irritantes e incomprensibles.
( Idea de que hay acaso que resignarse a rescatar esa frivolidad terminal, a falta de otra cosa... ? Puf! Que perspectiva! )
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A qué quiero llegar, preguntarán algunos con motivo...porque también para el lector pueden ser las cuatro y media de la mañana ...
Bueno, quiero llegar a decir esto;en un contexto de empobrecimiento monetario y cognitivo y sin red crítica que aporte consenso el oficio de galerista se ha vuelto bastante más complicado que antes y en Churraskilandia es más complicado que nunca.
No es ya sólo cuestion de tratar como objetos de góndola a cuadros o estatuas que se alejan más o menos de los sagrados preceptos constructivos de Sanzio, Buonarroti, Segantini o Regazzoni. No, no y no! No alcanza con medir la desviación del objeto con respecto a algún "modelo definitivo pero inalcanzable" porque ese modelo ya no existe en ninguna parte. Hoy en día una obra de arte puede ser cualquier cosa!. Y sin presupuestos compartidos desde el vamos hay que personalizar el consenso para cada puta obra nueva que aparece en el mundo casi desde la nada.

Que no haya una crítica funcional significa que no hay "señalizacion sugerida por especialistas " para tratar con la emergencia de objetos de complejidad creciente en un contexto de infantilizacion autoritaria en un país destinado por su ubicación al permanente saqueo .

El objetito aislado y etiquetado por algún muerto no ofrece ya garantía alguna. Una galerista ya no puede comportarse más como fletero y recepcionista de un guardamuebles bizarro. Debe averiguar con su propio esfuerzo qué es lo que tiene delante y escribir él mismo la etiqueta nomencladora , junto con el precio.

Fatigoso, no? Sí, esto es fatigoso para todas las partes y carece de todo glamour para estructuras de pensamiento posmenemistas y tinellicéntricas que disfrutan concientemente de su propia planimetría y vulgaridad formando el hardcore de nuestro aparato mediático y financiero.
Por buenos motivos hay muchos menos galeristas que antes .
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La cantidad de artistas , en cambio, crece y crece.
Cómo es eso posible?

Creo ver varios motivos . Uno es que vivimos un proceso de normalización y burocratización acelerada de la emisión de arte como profesión. La edad heroica, contestadora e insolente del arte es cosa del pasado. Los emisores actuales son todos hijos de una very successful Gleichschaltung tardocapitalista y el arte es ahora una profesión más , un inventario de trucos numerados y transmisibles que se se enseña en instituciones más o menos académicas . No arroja ya más vergüenzas sobre algún linaje , ya sea éste garca o aluvional.

Por otra parte, a medida que el país se simplifica, tercermundiza y embrutece un montón de profesiones estrafalarias ( religiosas, filosóficas técnicas y científicas) se vuelven redundantes y desaparecen, siendo dulcemente reemplazadas por sus avatares espectacularizadores. El arte se vuelve, como ha sido muchas veces , un comodín para desterrados de otras profesiones.
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El sistema gravitatorio del capitalismo exige que cada cosa por estrafalaria que sea ingrese a su correspondiente ciclo de espectacularización y venta. La entrada no se discute, sólo es cuestión de tiempo y de vasos comunicantes .
No habiendo galeristas suficientes alguien va a ocupar , tarde o temprano, esas oficinas comerciales abandonadas insoportablemente vacías e imposibles de ignorar .

Ahora bien ; un artista enfrascado en lo suyo, que está construyendo con sus restos de fe, poca o mucha, nuevos paquetes de signos , no se molestaría en sentarse de modo semipermanente en el lado más almaceneril del escritorio donde se hacen los tratos .

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Es ahí donde aparece la figura del artista que no está enfrascado en lo suyo y se la pasa mirando a los costados y nunca hacia su interior. La de este tipo de artista es una figura trágica,nada divertida, que ha perdido la fe en su propia capacidad como emisor pero está lo suficientemente alienado de la societé como para serle imposible el paso atrás hacia el sano sentido común populachero anti-arte , hacia el irse a trabajar a una oficina y dejarse de joder. Tanto o más que el artista enfrascado el artista no enfrascado desprecia a los políticos venales y al oficinista que arrastra un Dasein de trivialidad canaletizada ; es un moralista, un gran criticón y puede acuñar frases elocuentes y espumosas. Pero no tiene, a diferencia del enfrascado , un modo de alejarse verdaderamente de todo eso que aborrece. El que no está enfrascado no tiene alas pra alejarse . O no tiene frasco para aislarse . Y el artista que no está enfrascado no es otra cosa que el artista fracasado.
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Ego dolido mata billetera - El punto más antipático y rico en tenebrosas ramificaciones de todo este texto es la casi certeza de que tarde o temprano un artista fracasado dirigiendo una galería , y en tanto artista no enfrascado conciente de su situación , saboteará conciente o inconcientemente la carrera de los artistas enfrascados que representa de modo comercial , prefiriendo perder negocio,reputación y quizás un montón de plata con tal de conseguirse una indemnización post-mortem para una obrita ni se hizo, o que junta polvo en algún altillo y que nadie,nadie, pero nadie se interesa en ver.

(continuará )