febrero 20, 2009

IMPRESIONES MONTEVIDEANAS


No hablaré de comida o de librerías, al menos no por ahora. Me limitaré a unas pocas pinceladas sobre los protocolos de psicodominio imperantes.

Creo barruntar que en la Banda Oriental ( conociendo sólo dos nodos, antes Sacramento y ahora Montevideo ) funge de facto una Homeostasis Secular que, aún descofiando del progreso, mantiene las cosas en un lugar-lugar que no pide violencia , ni aún griterío para cambiar lampedúsicamente las piezas del juego que la Temporalidad exige cambiar. Hay generalidad presunta. No podrían empezar nada con una Teoria de la Madre.

Compostura. Incluso el turista, que lo hay, es figura lejana, a la que se mira con cierta compasión por su ansiedad en llenarse de fotos del bolso.

En la Banda Oriental no tropieza Uno a cada decámetro con templetes para recostados en la superstición sancionada o atrevida . Ecclesia está en el Hintergrund, sin ser perseguida pero sin aspirar torpemente a un centro de la escena. Tampoco soy tan idiota como para olvidarme que Ecclesia de la Banda todavía es capaz de torpedear leyes que le toquen alguna vaca muy sagrada. Pero fuera de macrointerveciones que son visibles justamente desde la excepcionalidad, no hay glándula supersticiosa que se note en el intertrato diario. Menciono al pasar que me han dicho que en la campiña es fuerte el avance de algunas sectas de Queristianismo Yankizado.

Todo esto a pocas horas de ferry. En comparación el nerviosimo arjentino es inexplicable . O es explicable si aceptamos que la mayor parte del combustible social de Churraskilandia está en las manos de clases supuestamente subalternas, aunque en la realidad plenas de energía y recursos , locas eso sí de resentimiento en su penultimidad inversa, porque desde los enclaves donde vegetan los herederos-consumidos-inderrotados-acaparadores-de-las-hembras-mandato-de-piernas-largas siempre les esconden alguna letrita del password

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