En el Palais de Glacé, a metros nomás de la casona solariega donde alguna vez el sufrido Sr. Bioy Casares y su comité de expertos políglotas ( robados a las mejores universidades del planeta con sangre de su boilsillo ) se esforzaba por soñar con una Argentina mejor y de más level, las células criptochavistas de antioccidentalismo resentido instalaron hasta comienzos de abril artefactos mulrimedia que sólo un exceso de benevolente tolerancia puede dudar en calificar de kiosco de hipnosis psicotrónica o, hablando mal y pronto, de tentáculos diseminadores al servicio de un aparato militar-poético ( APM ) .
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